jueves, 17 de julio de 2014

[C/P] El arte de protesta, la otra cara del Mundial en Brasil

El arte de protesta, la otra cara del Mundial en Brasil





Muchos consideran al graffiti como un acto vandálico perpetuado por la juventud actual, pero muchos otros reconocen su verdadero potencial. Quizá puede nombrarse un arte estratégico, pues está localizado a la vista de todos, y el mensaje es evidente para cualquier persona sin importar su estatus social, situación económica o creencias.

Es posible que esto lo entendieran los mexicanos revolucionarios quienes en su tiempo crearon el Muralismo, y lo repiten hoy los ciudadanos brasileños interesados en informar al mundo la otra cara del Mundial. Las multitudes se han reunido a lo largo de distintas ciudades brasileñas como Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, donde se han organizado manifestaciones que acuden al lema “No habrá Copa”. Sin embargo, los protestantes consideran que su mensaje puede no ser escuchado o ser tergiversado, por eso acuden a un método infalible para expresarse: el arte de protesta.





Para muchos aficionados, detener el Mundial podría parecer una locura, y es posible que no sea más que una idea utópica, pero es necesario conocer los motivos que hay detrás de las revueltas. Los gastos previstos que fueron establecidos por el gobierno han sido rebasados en un alto porcentaje, destinados a las mejoras en recintos como aeropuertos y estadios, principalmente. El pueblo considera que realizar la Copa, como sede, es un lujo que Brasil no puede permitirse, pues el dinero debería estar dirigido a la salud, la educación y la seguridad. Por eso, los brasileños han salido a las calles con pancartas que contienen mensajes como:

“No estamos en contra de nuestra Selección sino de la corrupción”

“No quiero Copa; quiero salud y educación”

“Brasil, vamos a despertar, un profesor vale más que Neymar”

“Sin derechos, sin Copa Mundial”

“Menos Copa, más educación”





La imagen anterior intenta representar el papel de la FIFA como ente que ha dado paso a todo el proceso, “comiéndose” en el camino a las instituciones principales del país: las escuelas y los hospitales.

Otra de las quejas gira en torno al alto costo de la vida en Brasil, en oposición a los malos salarios. Algunas de las imágenes muestran cómo para algunos la comida es insuficiente, y de manera irónica se llevan a la boca una pelota de futbol. Estas protestas gráficas constituyen una presión para el gobierno que ve opacada la imagen que presenta para el turismo.





Algunos de los gastos más significativos hasta ahora reportados son la creación de un edifico con un costo alrededor de 424 millones de dólares, un 18% más de lo esperado. Además se han invertido 490 millones de dólares, aproximadamente, en equipos de seguridad y capacitación.





Incluso, grupos indígenas se han sumado a las marchas debido a que el gobierno actual ha hecho una inversión mínima en las necesidades de estas comunidades, por lo que se considera que Brasil “se vendió” al extranjero sin ser capaz de manejar las problemáticas internas.





No obstante, siempre debe considerarse que el Mundial es una fuente de ingresos para el país gracias al turismo que llega y deja una derrama económica durante un mes. Análisis informan que la Copa generará cerca de 172 millos de pesos para los brasileños. Aun así el pueblo teme el paradero de estas ganancias y se pregunta: ¿Quién lo administrará? ¿En qué se invertirá? ¿Realmente traerá beneficios? Es posible que estos muros sean las respuestas por parte del pueblo a estas preguntas.






Fuente: Cultura Colectiva


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